Se alejó de mí una fría mañana de marzo. Se fue
para no volver, para dejarme vacía el alma y roto el corazón. El aire movía las
hojas de los árboles, susurrando los secretos de la noche. Amanecía en la
ciudad.
Aquel
día comencé a morir. Aún, hoy, recuerdo el amargo dolor, mil lanzas traspasando
la piel. Se llevó el alma para dejarme el corazón latiendo, un corazón para
odiar, desgarrado, roto, sangrante.
Cien mil
vidas hubiera dado por irme con ella. Mas no quiso el destino que estuviéramos
unidos. Por la noche miro el cielo, donde las estrellas se apagaron y la luna
no brilla, alzo la voz gritando su nombre. El sonido se pierde en el infinito,
no hay respuesta, jamás la habrá. Quise perderme en el mar, sus azules aguas,
su blanca espuma, el horizonte infinito jamás alcanzado, amaneceres rojizos,
destellos plateados en el ocaso. Sueños de sirenas y tormentas, océanos
encrespados, veleros a la deriva.
De nuevo
en tierra deseé dormir para despertar con ella, acariciar su pelo, regalarle un
beso.
Amanecía
solo, entre sábanas revueltas.
A esta
soledad que mi alma llena, se une el llanto de cristales hecho, el dolor es tan
grande que morir no puedo.
De mi
desdicha culpo a la tierra y al cielo. Llamo al ángel negro y no acude.
Ahora
vago por la tierra con los ojos secos, sin alma ni corazón, roto el cuerpo.
Espero, solo espero, partir hacía el mundo etéreo.
Cada
mañana recorro el camino que ella hacía, a la misma hora, día tras día.
Contemplo
el paisaje que ella veía. Cierro los ojos y la encuentro. Está allí sentada
frente a mi. Me habla con dulzura, el rostro sereno.
Me
reconforta oírla, se llena de paz todo mi ser, hablo y le digo cuanto la
quiero. ¡Cuánto amor malgastado!, ¡Cuantos días que no fueron!.
La
última parada me devuelve al mundo real, a la vida que no quiero, a la ausencia
de ella.
Camino
despacio, esperando otro día para sentirla, tenerla. Otro día en el me creerán
loco.
¡Bendita locura que me permite verla!.
Y
maldigo aquel día de marzo en el que ella se fue para siempre. Y me siento culpable
por no haber estado a su lado.
Vuelvo a
la casa vacía dónde el dolor me quema.
En mis
sueños un tren sin detenerse, una estación vacía.
Una
fecha en la memoria, una fecha maldita.
1 comentario:
TRISTE.... BONITO PERO TRISTE...
Publicar un comentario