martes, 29 de diciembre de 2009

navidad

LLegó la navidad, llegó y pasó el primer día. Para algunos son unas buenas fechas, para otros no. Hay quien solo las utiliza para comprar, gastar, e incluso protestar porque no le gustan.


La navidad es una época para el reencuentro, y si bien es cierto que siempre nos falta alguien para sentar en nuestra mesa, también hemos de pensar que no tenemos garantizadas las próximas y por tanto se ha de aprovechar para sacar una sonrisa, para hablar tranquilamente con con la familia, los amigos, recordar aquellos villancicos que teníamos olvidados y evocan a nuestros abuelos.. tanta nostalgía para compartir, tantos deseos para el nuevo año, muchos sueños por delante, rosas para disfrutar y espinas que querríamos evitar.


También es un tiempo para mirar atrás, para saber que debemos de cambiar para asumir nuevos retos, parar el tiempo, empaparse de los matices, conocer a las personas que tenemos al lado y un día nos damos cuenta que han evolucionado, han cambiado y nosotros no lo hemos notado.


Navidad es renacer, es reinventarse, una vuelta a la vida. A esa vida en la que a veces solo pasamos como espectadores, y miramos tras un cristal, esa vida que muchas veces no vivimos, porque somos esclavos de un reloj.


Definitivamente no hagamos de estos días una fiesta consumista, una fustración permanente por no poder comprar todo lo que nos gustaría. Una mesa bien puesta es aquella en la que se come con traquilidad, en la que lo más importante es la conversación, la ilusión de cocinar para los seres queridos y da igual que sea un puré de patatas o un pavo relleno. Un regalo puede ser una rosa de papel, un abrazo esperado, un reencuentro, un te quiero.


Aunque puedan parecer tópicos no lo son. Solo dentro de nosotros tenemos la fuerza y el coraje que nos hace falta para seguir adelante.


Disfrutemos de los momentos felices que nos regala la vida, pero también hemos de poner algo de nuestra parte.... No perdamos el tiempo buscando "el dorado" de la felicidad, porque los paraisos los hacemos nosotros cada día, cada minuto.


¿Una navidad más?. no. La navidad de este año será especial, como lo será la del años que viene y la de todos los años que la vida quiera regalarme.


¡Feliz Navidad!

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Ya veo que aún no tenemos visitas, poco a poco todo se andará. voy a contar un cuento muy corto.

Era el cumpleaños de Almudena, 40 años y entraba en esa edad que a las mujeres nos sienta tan mal. Esa edad indefinida, porque ya no eres treintañera, pero tampoco mayor.
No pensaba celebrarlo, ni decírselo a nadie, lo viviría para ella sola. Así que ese día fué a trabajar como todos los demás, preparó la comida para su familia como un día más.
Por la tarde llamó a su amiga y fueron a tomar un café. Ningún comentario, era un día más, solo uno más.
Al llegar la noche se sintió triste, ella no había dicho nada pero en el fondo de su corazón esperaba que alguien hubiera recordado ese día especial.
Se hizo la remolona en la oficina, no deseaba llegar pronto a casa, se refugió en los números, sin embargo ya eran las 8 de la tarde, hacía dos horas que la noche había llegado.
Aparcó el coche en el garaje, y con paso cansado subió hasta el piso, todo era silencio. Sus hijos tendrían que estar en casa, no había luz y pensó en regañarles cuando vinieran.
abrió la puerta y sin encender la luz se quitó el abrigo y se dirigió al salón, pero tropezó con algo y casi cae de bruces, sintió un brazo que la sujetaba, la luz se encendió y allí estaban sus hijos, su marido con la mesa puesta y unas velas, con una tarta (un poco esparramada), y unos canapés.
todos gritaron felicidades mamá y se abalanzaron sobre ella para darle sus regalos.
Cuando Almudena se acostó esa noche se sentía feliz. Feliz porque había compartido con su familia esos momentos en los que ella se creyo sola, todos se habían esforzado para hacerle saber que no lo estaba.

¿Queremos estar solas? o en el fondo ¿esa soledad nos ahoga?.