Ha llegado Septiembre, y con él, una vez más, nos damos cuenta de la fugacidad de la vida. Como si de un tren que cada vez adquiere mayor velocidad, y con ésta el paisaje acaba difuminándose.
¿No sentís, cada día con más fuerza, las ganas de gritar "que se pare el mundo"?, ¿No os gustaría muchas veces ver pasar los trenes, a toda velocidad e imaginar las caras de prisa, crispación, sueño, de todos los pasajeros, mientras nosotros paseamos por el andén mientras podemos contemplar el juego de las nubes en el cielo?.
¿ A alguién le sucede lo mismo que a mi?.