Bueno, ya estrenamos año. Seguro que todo sigue igual que el año pasado, cuidado no caigamos en la tentación de hacer demasiados proyectos para el año que ahora comienza.
Todo seguirá su curso, está bien desear un año mejor, para otros un año igual, que no falte nuestros días de dieta, pero no porque es otro año, sino por los escesos de las fiestas, que seguro que todos hemos hecho.
No podemos crearnos fustraciones al poner metas que sabemos no alcanzaremos, podemos decir esta semana me cuidaré en la comida, pero no, haré dieta hasta que adelgace...., seamos conscientes de nuestras limitaciones, de nuestros deseos. En cualquier época del año podemos desear adelgazar esos kilos que todas decimos que nos sobran (en mi caso es verdad...), pero empezaremos poco a poco y uno a uno.
Tampoco podemos crear grandes espectativas pensando ¿qué nos deparará este año?. Seguramente traerá rosas y espinas como los anteriores, habrá felicidad y malos tragos, mi deseo para todos nosotros solo puede ser que haya más rosas que espinas, y que éstas sean pequeñitas y no se nos claven en el corazón, que queden a flor de piel dónde podamos arrancarlas fácilmente.
Ahora tenemos un invierno por delante, hasta que llegue la primavera. Cuando no hay luz nuestro ánimo tiende a bajar, al igual que el cuerpo se encoje con el frío, el alma también lo hace cuando faltan las ilusiones. No dejemos que el invierno enfríe nuestro corazón. busquemos los sueños, creemos ilusiones, que nuestro corazón pueda sonrerir cada mañana.
Es dificil, lo se, es dificil cuando aquello que nos rodea empieza a derrumbarse, al tener problemas económicos, (eso, ahora, desgraciadamente, se produce demasiado a menudo,), cuando algún ser querido sufre, sí, es dificil sonreir. Sin embargo es cuando más lo necesitamos.
Yo haré un próposito nuevo, sonreir al levantarme. Intentaré que al menos ese trocito de felicidad se instale cada mañana en mi corazón.
¿Lo lograré?. No lo sé, pero al menos intentarlo será todo un reto. ¿alguien me acompaña?...