viernes, 12 de febrero de 2010

La carretera comenzó a cubrirse de nieve, el coche avanzaba lentamente, si no llegamos pronto habrá que poner las cadenas y ninguno tenemos demasiada experiencia. Manuel asintió con la cabeza. Volvió el silencio dentro del vehículo.
Un fin de semana para arreglar muchos años de rutina, 3 días por casi 30 años. eran demasiado jóvenes, seguian queríendose, pero la rutina se había apoderado de sus vidas, por la noche sentados frente a un televisor, por el día malhumorados con el esceso de trabajo, los problemas cotidianos, los pagos a relizar, los hijos.. en fin esas pequeñas rutinas que acaban con ilusiones y sueños. La idea de venir al pueblo donde sus abuelos aún conservaban la casa. Un pequeño pueblo en la montaña, pocos habitantes, demasiado pocos en invierno, tranquilidad, desconcexión.
Alcanzarón la entrada del pueblo cuando la nieve caía con más intensidad, subieron por la calle principal, torcieron a la derecha y allí en lo alto apareció la casa de piedra. La habían reformado, totándola de comodidades tanto para el invierno como para el verano. Sus padres pasaban allí algunas temporadas, pero ella tan solo había estado en contadas ocasiones, alguna celebración, algún fin de semana en verano cduando iban sus hermanas, pero nunca habían ido ellos dos solos. ¿para qué?, le había dicho Manuel, no hay nada, allí nos aburriremos. Ella había asentido, pensando que tenía razón. ¿que harían los dos solos allí?, para vel la tele podían hacerlo sin moverse de casa. Sin embargo ahora era distinto, los últimos acontecimientos les habían hecho recapacitar y decidieron darse otra oportunidad, cambiar algunos hábitos aunque solo fuera durante unos días. Seguian queríendose, pero tendrían que averiguar si aún estaban enamorados.
Descargaron el coche, maletas, bolsas y comida... Lo prmero que hicieron fué encender la calefacción, buscaron la leña cortada que siempre guardaban, y encendieron la chimenea.
-Mientras se calienta un poco la casa demos un paseo, propueso Manuel,
- Si, pero espera que me abrigaré bien, y ponte las botas, aqui la nieve cuando cae enseguida se se queda en el suelo y con bastante altura, vayaos a pasear antes que llegue el hielo.
Con el frío en la cara, salieron los dos, los copos resbalaban por los anoraks, sin apenas darse cuenta se coogieron de la mano, con los guantes puestos los dedos no podían entrelazarse, así que él paso su brazo por los hombros y ella le corespondío por su cintura.
Recorrieron la calle mayor, bajaron hasta el riachuelo que discurría bajo un peuqeño puente de piedra, escucharon su murmullo, ningún otro sonido, tan solo una melodía hecha de agua y murmurllo de ramas balanceándose al son del viento.
la nieve se convirtió en ventisca y decidieron volver a la casa antes de que el camino se hiciera impracticable.
Apenas habían hablado, pero se sentian cerca uno del otro. tuvieron que aligerar el paso el viento aumentaba su fuerza y la nieve se clavaba en sus rostros cual pequeñas lanzas.
Abrieron la puerta apresuradamente, y se precipitaron al calor del fuego.

...continuará...

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